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Tal vez hay cosas que terminanPara que no se terminen de verdadTú y yo perdiéndonos para encontrarAy, esta ansiedad

Paty Cantú

Hoy las exigencias del trabajo y su conciliación con las obligaciones familiares, el bombardeo de los medios de comunicación respecto a los peligros que nos rodean y las expectativas de bienestar asociadas al consumo y modos de vida idealizados, configuran un escenario propicio para el surgimiento de miedos y respuestas ansiosas.

Si podemos hacer una distinción simple, diremos que la gran diferencia entre miedo y ansiedad es que el miedo es intenso y tiene objeto, en otras palabras, tememos a alguien que está enfrente o una circunstancia específica. En cambio, cuando experimentamos ansiedad, usted no teme a algo, es algo que no sabe definir exactamente qué es.

La ansiedad es un sentimiento de miedo, temor e inquietud. La ansiedad, además de ser una respuesta emocional al estrés, puede ser una reacción emocional de alerta ante una amenaza que puede originarse sin la necesidad de agentes estresantes. Si bien la ansiedad puede ayudar a enfrentar una situación, para las personas con trastornos de ansiedad el miedo puede durar demasiado tiempo y sentirse abrumador.

La ansiedad se describe en el “Manual de Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales” (DSM-5) como la anticipación de una amenaza futura. Todos nos sentimos ansiosos en un momento u otro, pero no todos desarrollamos un trastorno de ansiedad.

Así la ansiedad es la respuesta de tu cuerpo ante el peligro anticipado. Por lo general, se asocia con preocupación o miedo y, a menudo, viene acompaña de problemas cognitivos; como dificultad para concentrarse, y síntomas físicos; como náuseas, temblores y tensión muscular. Su perfil exacto de síntomas diferirá según sus circunstancias individuales, el tipo específico de trastorno de ansiedad y los desencadenantes personales.

Los trastornos de ansiedad son afecciones de salud mental diagnosticables caracterizadas por miedo excesivo, ansiedad y cambios físicos y de comportamiento relacionados que pueden empeorar con el tiempo. Estas afecciones se manifiestan como síntomas físicos y mentales y afectan las actividades diarias como la escuela, el trabajo, ocio y relaciones.

Existen múltiples tipos de trastornos de ansiedad, que incluyen ansiedad generalizada, ansiedad social y más. Estas condiciones no deben confundirse con las preocupaciones del día a día.

Las personas con trastornos de ansiedad experimentan miedo y ansiedad que perjudican su funcionamiento diario. Esto puede manifestarse con miedo a salir en público, no devolver llamadas telefónicas o evitar reunirse con amigos, cancelar audiciones o presentaciones, náuseas persistentes, cambios en el sueño y más. Al ser una reacción inmodulada, los cuadros ansiosos, afectan directamente el ajuste de las personas en el ámbito del trabajo, las interacciones sociales y demás ámbitos relevantes de su vida, su temprana detección, adecuado tratamiento y especialmente el desarrollo de conductas preventivas resulta urgente y necesario.

La importancia de la actividad física

Según un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Gotemburgo, en Suecia, el cual fue publicado en 2022 en la revista Journal of Affective Disorders, la actividad física frecuente, incluido los ejercicios extenuantes, alivia los síntomas de la ansiedad, incluso cuando el trastorno es crónico, ya que es posible que el entrenamiento de alta intensidad estimule una mayor liberación de endorfinas y modifique la química cerebral de manera más drástica que los entrenamientos de menor intensidad.

En palabras de la autora del estudio y estudiante de doctorado en la Academia Sahlgrenska de la Universidad de Gotemburgo, Malin Henriksson, “hubo una tendencia significativa a mostrar una mejoría asociada a la intensidad, es decir, cuanto más intenso el ejercicio, mayor sensación de bienestar una vez que se realiza”.

Para los científicos de la Universidad de Harvard, el estiramiento es uno de los ejercicios físicos que deben realizarse para estar en forma toda la vida, ya que promueve la flexibilidad y ayuda a las articulaciones a mantener un rango de movimiento saludable. Incluso, cuando se efectúan también se reduce las posibilidades de tensión en las articulaciones y los músculos. En ese sentido, David Nolan, fisioterapeuta del Hospital General de Massachusetts, afiliado a Harvard, destacó la importancia de estas acciones para proteger nuestra movilidad e independencia. “Muchas personas no entienden que los estiramientos deben realizarse de manera regular. Deben ser diarios”, argumentó. Es más, los especialistas aseguraron que se deberían incluir en una rutina específica, además de la elongación que se realiza antes y después de la práctica deportiva.

Del mismo modo, ejercicios de baja intensidad con cambio de escenario, son tan beneficiosos para la aliviar la ansiedad y el estrés como los de alta, Incluso, cuando se realizan al aire libre, al modificarse el entorno, las personas logran enfocarse en aquello que los rodea y pueden “liberar” aún más la mente.

En este sentido, un estudio efectuado por científicos alemanes, publicado en la revista Molecular Psychiatry, detectó que una caminata de una hora por la naturaleza reduce el estrés. “La activación de la amígdala disminuye después de la caminata en la naturaleza, mientras que permanece estable después de hacerlo en un entorno urbano”, afirmaron Al tiempo que aseguraron que “estos resultados sugieren que dar un paseo por la naturaleza puede tener efectos positivos para la salud de las regiones cerebrales relacionadas con el estrés y, en consecuencia, puede actuar como una medida preventiva contra la tensión mental y, potencialmente, la enfermedad”.

Otra forma de actividad física, que favorece también una mayor interacción social, es el baile. Cuando bailamos, existen tres dimensiones que, al efectuarse de manera sincronizada, permiten la promoción de la flexibilidad mental y disminuyen la tensión. Estas son: ritmo musical, movimiento físico y conciencia espacial. En ese sentido, los expertos aseguran que el entrenamiento mediante el baile impulsa cambios sutiles en el cerebro, ya que estimula la neuro plasticidad, la cual consiste en la capacidad del cerebro para formar nuevas conexiones neuronales ante las nuevas experiencias y adaptarse. Pero los beneficios del baile no solo se centran en el cerebro, ya que se trata de un ejercicio físico completo que involucra a gran cantidad de músculos del cuerpo, aumenta el ritmo cardíaco y oxigena el flujo sanguíneo. (INFOBAE, 2023)

Así las cosas, un buen punto de partida es considerar que el movimiento, traducido en ejercicios, caminatas, bailes y estiramientos son formas simples y fáciles de integrar a nuestra rutina para prevenir eventos ansiosos o para gestionar de manera más armónica los trastornos de ansiedad que podemos padecer.

 

Continuará…….

INFOBAE. (20 de 03 de 2023). Cómo aliviar la ansiedad y reducir el estrés con cinco ejercicios físicos. TENDENCIAS. BUENOS AIRES.

 

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