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La pregunta acerca de la felicidad no es nueva en la vida de los seres humanos, hoy sabemos por la neurobiología, que participan en ella, neurotransmisores, hormonas , zonas integradas del cerebro; Sabemos también que las experiencias, el vínculo primario con nuestros cuidadores, el desarrollo de ciertas habilidades es entre otras , aspectos que afectan nuestra forma de ver la vida y del como vivenciamos los que nos ocurre.

La pretensión de lograr la felicidad (una especie de bienestar subjetivo), para la mayoría de los seres humanos es algo complejo, algunos pensadores han señalado que la felicidad no es un destino, sino más bien una actitud con la que se viaja en la vida.

Lo que podría ayudarnos a entender la palabra “felicidad”” tal vez sería aceptarla como el disfrute de un estado de optimismo ante la vida, es decir, esta parece ser un estado emocional en el cual participa nuestra mente, ya que, en varios lugares del cerebro como la amígdala, el hipocampo, etc., se produce un neurotransmisor bioquímico llamado dopamina, responsable de este estado, en tanto parece activar al cerebro para producir esa sensación.

Para el Analista jefe del Instituto para el estudio de la Felicidad de Copenhague, fundado en el 2012, Alejandro Cencerrado , al estudiar la felicidad, hay que relevar el valor de la infelicidad, indica:

“Debemos empezar a hablar de eso, de que los malos momentos son necesarios en la vida”, explica, “la infelicidad está para que no nos conformemos, es como un sistema biológico”.

“Si estuviéramos todos sentados en el sofá a gusto sin necesidad de salir de casa, no nos levantaríamos del sofá, no buscaríamos trabajo, no buscaríamos pareja. Por lo tanto, creo que es un mecanismo evolutivo la infelicidad para levantarnos del sofá y progresar como sociedad”.

Así las cosas, parece que la infelicidad, o como preferiríamos llamarlo la valoración que hacemos de las experiencias insatisfactoria pueden ser un buen motor para perseguir el estado de bienestar que buscamos.

Ser consciente de lo que sentimos, de los que nos pasa, darnos la oportunidad de dudar y hablar de lo que nos preocupa, es el primer paso para alcanzar la felicidad que buscamos. Así la infelicidad podemos transformarla una oportunidad, un motor de búsqueda que podemos aprovechar para alcanzar la felicidad.

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