¿Habré dormido mientras los otros sufrían? ¿Acaso
duermo en este instante? Mañana, cuando crea despertar,
¿Qué diré acerca de este día? ¿Qué he esperado a Godot,
con Estragón, mi amigo, en este lugar, hasta que cayó la
noche?
Revisando la prensa y motivado por una indicación en redes sociales, me tope con un articulo que analizaba la proliferación de sitios de resúmenes , que según el autor afectaba la calidad del periodismo, este articulo que incorporo en el siguiente link: https://elpais.com/icon/2024-06-06/la-generacion-que-no-puede-esperar-por-que-los-resumenes-triunfan-en-las-redes-sociales.html ; me hizo pensar que evidencia la necesidad de urgencia, o la urgencia de necesidad o lo que podría ser lo mismo el sentido de lo urgente.
Por muchos siglos las diferentes escuelas filosóficas, se han centrado en el valor de la reflexión pausada, del pensamiento de largo plazo, del conocimiento de si mismo y de la contemplación como vehículo para los verdaderos descubrimientos. En la base de esta forma de mirar el mundo, están las capacidades de autocontrol, pensamiento abstracto, juicio crítico y pensamiento lógico.
En la misma línea, pero en sentido inverso, las ciencias del comportamiento aportan evidencias de que:
“Los niños que con frecuencia toman riesgos y tienen dificultades para controlar los impulsos o seguir las reglas tienen un mayor riesgo de problemas de consumo de sustancias. Si bien la mayoría de los adolescentes entienden los peligros de tomar riesgos, algunos tienen dificultades particulares para resistir los impulsos de participar en conductas de riesgo.” (https://drugfree.org/, s.f.).
Es decir, la inquietud, la imposibilidad de esperar o la falta de autocontrol, son parte hoy de comportamientos que dan cuenta de riesgos para la salud mental. Desde este punto de vista un fenómeno como el descrito inunda nuestros entornos, ya sea en la alimentación, la educación y en general en lo placentero… corremos para gozar por unos instantes de algo parecido a la felicidad (a lo menos un sucedáneo), aún cuando luego de esa efímera sensación, debamos sólo añorar ese espejismo en 36 cuotas.
Pareciera ser que, no es sólo que las generaciones no puedan esperar, sino lo que es más preocupante, no lo saben (y parece no les interesa saber) encontrándose presa de respuestas simples, liderazgos vacíos y temor ansioso por algo más que nunca llega.
Leo esta mañana en los diarios, que el Ciberday, se ha coronado como el de mayores ventas en esta década en nuestro país… parece que hoy… nadie debe esperar.