Un solo dato debería bastar para encender todas las alarmas: en Chile, cerca de 800,000 personas viven con Trastorno Límite de la Personalidad (TLP), una condición severa y directamente ligada al suicidio. La mayoría, sin embargo, no tiene acceso a un tratamiento especializado (1). Este no es un caso aislado; es el síntoma de un desafío estructural que afecta a toda la población, impactando la productividad, la convivencia y el núcleo de nuestras familias. Abordarlo no es una tarea de un sector político, sino una necesidad nacional.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) es categórica al afirmar que “no hay salud sin salud mental”, recordándonos que invertir en bienestar psíquico tiene un retorno de un 400% en mejor salud y productividad (2, 4). Sin embargo, la inversión en Chile sigue estancada en un 2% del presupuesto sanitario, una cifra que evidencia una brecha entre la magnitud del problema y los recursos que le destinamos (3).
Los pilares de este desafío son claros. Primero, la falta de especialización, que convierte el acceso a terapias adecuadas en un privilegio y no en un derecho. Segundo, una cobertura fragmentada; aunque contamos con una avanzada Ley de Salud Mental (N° 21.331) que prohíbe la discriminación en el sistema privado, su implementación aún depende de la capacidad de pago inicial del paciente (8). Mientras, el sistema público ofrece una red de seguridad (GES) demasiado restrictiva, que cubre solo cuatro condiciones y deja a miles sin garantía de atención (6, 7).
Una Inversión a Futuro en la Papeleta Presidencial
El actual escenario electoral nos brinda una oportunidad invaluable para elevar esta conversación. Más que una crítica a las candidaturas, es una invitación a que, como sociedad, reflexionemos sobre cómo el próximo gobierno puede y debe enfrentar este reto. La salud mental es una inversión en el capital humano del país.
Las propuestas de los diversos candidatos presidenciales (9), si bien a menudo abordan la salud desde ángulos como la reducción de costos de medicamentos o la gestión de listas de espera quirúrgicas, aún tienen la oportunidad de presentar una visión integral y estructural para el bienestar psíquico. Atender los síntomas es importante, pero la ciudadanía espera planes concretos para abordar las causas de fondo.
Este debate nacional nos permite plantear las preguntas clave que cualquier futura administración deberá responder para estar a la altura del desafío:
- ¿Cómo podemos ampliar el GES para que actúe como una verdadera red de seguridad, incluyendo trastornos de alta prevalencia que hoy están desprotegidos?
- ¿Cuál será la estrategia para formar y retener a los especialistas que necesita nuestra red pública, garantizando un acceso equitativo en todo el territorio nacional?
- ¿De qué manera podemos asegurar que el espíritu de la Ley de Salud Mental se materialice en un acceso más simple y directo para los pacientes en el sistema privado?
Abordar estas preguntas no solo mejorará la calidad de vida de millones de chilenos, sino que también fortalecerá nuestro tejido social y nuestra economía.
Finalmente, debemos superar la idea de que la salud mental es un gasto. Es la inversión más rentable y humana que podemos hacer como país. No se trata solo de la ausencia de enfermedad, sino de la presencia de bienestar, resiliencia y la capacidad de construir un futuro próspero. El desafío está planteado y requiere del compromiso de todos, porque una nación que cuida la mente de su gente es una nación que invierte en su propia alma.
Referencias
- El Mostrador (2025). Trastorno Límite de Personalidad en Chile: 800 mil personas sin acceso a tratamiento especializado.
- Organización Mundial de la Salud (2025). Trastornos mentales.
- Organización Panamericana de la Salud (s.f.). Salud Mental.
- Organización Mundial de la Salud (2016). La inversión en el tratamiento de la depresión y la ansiedad tiene un rendimiento del 400%.
- Organización Mundial de la Salud (2025). Nuevas orientaciones de la OMS para transformar las políticas de salud mental.
- Superintendencia de Salud, Gobierno de Chile. (s.f.). Depresión en personas de 15 años y más.
- Superintendencia de Salud, Gobierno de Chile. (s.f.). Esquizofrenia.
- Biblioteca del Congreso Nacional de Chile. (2021). Ley 21.331: Reconoce y protege los derechos de las personas en la atención de salud mental.
- Servicio Electoral de Chile (SERVEL). (2025). Candidaturas Aceptadas y Rechazadas, Elección Presidencial. Recuperado del sitio web oficial de SERVEL.

