A menudo los hijos se nos parecenY así nos dan la primera satisfacciónEsos que se menean con nuestros gestosEchando mano a cuanto cae a su alrededor
Esos locos bajitos que se incorporanCon los ojos abiertos de par en parSin respeto al horario ni a las costumbresY a los que, por su bien, dicen que hay que domesticar
NiñoDeja ya de joder con la pelotaNiñoQue eso no se diceQue eso no se haceQue eso no se toca
Y cárgale con nuestros dioses y nuestro idiomaCon nuestros rencores y nuestro porvenirPor eso nos parece, que son de gomaY que les bastan nuestros cuentos para dormir
Nos empeñamos en dirigir sus vidasSin saber el oficio y sin vocaciónLes vamos transmitiendo nuestras frustracionesCon la leche templada y en cada canción
NiñoDeja ya de joder con la pelotaNiñoQue eso no se diceQue eso no se haceQue eso no se toca
Y nada ni nadie puede impedir que sufranQue las agujas avancen en el relojQue decidan por ellos, que se equivoquenQue crezcan y que un día nos digan adiós
(Serrat)
Las competencias parentales son un conjunto de habilidades, conocimientos y actitudes que permiten a los padres y madres criar a sus hijos de manera efectiva y amorosa. Estas competencias van más allá de los instintos naturales y se desarrollan a través de la educación, la experiencia y el aprendizaje continuo.
La importancia de la educación en gestión de las emociones
Enseñar a los niños a identificar, entender y gestionar sus emociones es una de las tareas más importantes de la crianza. La educación emocional les proporciona herramientas para:
- Conocerse a sí mismos: Identificar sus propias emociones y comprender qué las desencadena.
- Regular sus emociones: Desarrollar estrategias para manejar emociones intensas como la ira, la tristeza o la frustración.
- Empatizar con los demás: Comprender y compartir los sentimientos de los otros.
- Resolver conflictos de manera pacífica: Utilizar habilidades sociales y emocionales para resolver desacuerdos.
¿Cómo enseñar a los niños a gestionar sus emociones?
- Modela el comportamiento: Sé un ejemplo para tus hijos, mostrando cómo manejas tus propias emociones de manera saludable.
- Nombra las emociones: Ayúdalos a identificar las emociones que están experimentando, utilizando un lenguaje sencillo y claro.
- Valida sus sentimientos: Hazles saber que sus emociones son válidas y que es normal sentirlas.
- Enseña estrategias de afrontamiento: Ofréceles herramientas prácticas para manejar emociones difíciles, como la respiración profunda, la relajación muscular o la visualización.
- Habla sobre las emociones: Utiliza libros, películas o juegos para iniciar conversaciones sobre las emociones y sus consecuencias.
La disciplina positiva y la gestión emocional
La disciplina positiva y la educación emocional están estrechamente relacionadas. Ambas se centran en enseñar a los niños habilidades sociales y emocionales que les permitirán tomar decisiones responsables y construir relaciones saludables.
Fomentando la autonomía en los niños
La autonomía es la capacidad de tomar decisiones propias y actuar de manera independiente. Para fomentar la autonomía en los niños, es importante:
- Ofrecer opciones: Darles a los niños opciones dentro de límites establecidos les permite tomar decisiones y sentirse empoderados.
- Delegar responsabilidades: Asignar tareas adecuadas a su edad y brindarles el apoyo necesario para que las completen.
- Escuchar sus opiniones: Mostrar interés por sus puntos de vista y tomarlos en cuenta en la medida de lo posible.
- Celebrar sus logros: Reconocer y valorar sus esfuerzos, por pequeños que sean.
Manejando las diferentes etapas del desarrollo infantil
Cada etapa del desarrollo infantil presenta sus propios desafíos y oportunidades. Es fundamental que los padres se adapten a las necesidades de sus hijos en cada momento.
Beneficios de desarrollar las competencias parentales
- Mayor satisfacción personal: Criar a los hijos de manera positiva y consciente puede ser una experiencia muy gratificante.
- Relaciones familiares más fuertes: Las competencias parentales contribuyen a construir vínculos familiares sólidos y duraderos.
- Desarrollo óptimo de los hijos: Los niños criados con competencias parentales tienen más probabilidades de ser adultos felices y saludables.
Conclusión
Las competencias parentales son una inversión en el futuro de nuestros hijos y en nuestro propio bienestar. Al desarrollar estas habilidades, podemos criar a niños emocionalmente inteligentes, resilientes y capaces de enfrentar los desafíos de la vida.
¡Recuerda! La crianza es un viaje continuo y lleno de aprendizajes. No tengas miedo de pedir ayuda y buscar apoyo cuando lo necesites.
Recursos adicionales: Te dejamos aquí algunas recomendaciones para profundizar este tema:
- Libros: “Disciplina Positiva” de Jane Nelsen,
- “Cómo hablar para que los adolescentes le escuchen” de Adele Faber y Elaine Mazlish,
- “El cerebro del niño” de Daniel J. Siegel.
Columna desarrollada con IA