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Este martes 10 de septiembre se conmemora el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, destacando una alarmante realidad en Chile: el suicidio es la principal causa de muerte entre jóvenes de 15 a 29 años, según el Departamento de Estadísticas e Información de Salud (DEIS) del Ministerio de Salud. Esta situación refleja un problema global, ya que cada año más de 700.000 personas mueren por suicidio, y por cada suicidio, se estima que ocurren 20 intentos.[1]

Diversos factores incrementan la vulnerabilidad al suicidio, especialmente entre los jóvenes. Entre ellos se encuentran:

  • Tristeza crónica y aislamiento social.
  • Falta de validación emocional y apoyo en momentos críticos.
  • Experiencias de pérdida, soledad, discriminación, problemas financieros, dolor crónico, violencia o abuso.

En países de altos ingresos, el vínculo entre el suicidio y los trastornos de salud mental, como la depresión y el consumo de alcohol, está bien documentado. Sin embargo, muchos suicidios son impulsivos y ocurren en momentos de crisis, cuando las personas no pueden afrontar las tensiones de la vida. En 2019, el suicidio fue la cuarta causa principal de muerte entre jóvenes de 15 a 29 años a nivel mundial, y el 77% de los suicidios ocurrieron en países de ingresos bajos y medios.

El estigma que rodea a las enfermedades mentales y al suicidio impide que muchas personas busquen la ayuda que necesitan. Este estigma, junto con la falta de concienciación sobre el suicidio como un problema de salud pública, ha limitado la efectividad de las iniciativas preventivas. Actualmente, solo 38 países cuentan con una estrategia nacional de prevención del suicidio.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha desarrollado la iniciativa LIVE LIFE para la prevención del suicidio, que recomienda intervenciones clave basadas en evidencia:

  • Limitar el acceso a medios de suicidio (pesticidas, armas de fuego, ciertos medicamentos).
  • Informar de manera responsable sobre el suicidio en los medios de comunicación.
  • Fomentar habilidades socioemocionales en los adolescentes.
  • Identificar, evaluar, gestionar y realizar seguimiento a personas con conductas suicidas.

Estas medidas deben combinarse con pilares fundamentales como la colaboración multisectorial, la sensibilización, la financiación adecuada y la mejora en la calidad de las estadísticas sobre este fenómeno.

El suicidio es un grave problema de salud pública que requiere una respuesta integral y multisectorial. Con intervenciones oportunas y basadas en evidencia, es posible prevenir muchas de estas tragedias.  Cuidar a otros, estar atentos a lo que le pasa a los que nos rodean y persistir en construir un estado de bienestar prolongado, son algunas de las herramientas que debemos utilizar para lograr una prevención efectiva.[2]

(Documento revisado con Inteligencia Artificial)

 

 

[1] Reportaje Radio ADN

[2] Organización Mundial de la Salud

2 Comments

  • Katherine Ávalos
    Posted septiembre 12, 2024 at 6:53 pm

    Muchas veces ay centros de apoyo pero la mayoría tratamos de acercarnos a buscarla dentro de nuestro alrededor y muchas veces somos tildados de exagerados o intensos etc

    • Post Author
      admin
      Posted enero 6, 2025 at 2:41 am

      Es interesante tu comentario, es necesario sensibilizar a la comunidad respecto a los trastornos del animo

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